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Estación León, Memorias y vida cotidiana

Arq. Arnoldo Juárez

El Museo de las Identidades Leonesas me hace la invitación para llevar a cabo la charla "Estación León, Memorias y vida cotidiana", la cual se presentó el jueves 29 de febrero en el mismo Museo. 

 

Comenzaré diciendo que nací en la estación de ferrocarriles el 9 de diciembre de 1959 a un lado de donde estaba el tanque de agua. Soy hijo de familia ferrocarrilera y ahí viví hasta la edad de 24 años.

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El crecer en ese lugar me permitió ser testigo y observar la vida cotidiana que se desarrollaba en la Estación, me tocó vivir la última etapa de las máquinas de vapor, así como la carga que transportaba el tren como: gas, asfalto, petróleo, maíz, sorgo, acero, ganado, las películas en carretes de acero, maquinaria, cemento, el ejército, etc.

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También en esos tiempos el Circo Atayde hacía una caravana desde la Estación hasta sus terrenos ubicados en la Calle Miguel Alemán. Cuando llegaba el tren se apreciaba gran cantidad de movimiento entre vendedores ambulantes, taxistas, trabajadores, etc. En el tren viajaban todo tipo de personas, pero también gente importante como políticos, artistas y deportistas, todos ellos hacían uso del Pullman que llevaba camarotes o alcobas con su propio baño.

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Entre los paseos tradicionales en León se acostumbraba ir en días domingo a la Estación a comer lechugas, nieves, semillas, palomitas, etc.; a colocar monedas en la vía del tren para que las aplastará; en Semana Santa se llenaba de gente toda el área de eucaliptos desde el Jueves Santo hasta el domingo, las empresas cerveceras y refresqueras con días de anticipación montaron sus carpas y había todo tipo de vendimias.

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A la Estación llegaba una peregrinación de la Ciudad de México para visitar a la Virgen de la Luz, llegaba como a las 7 de la mañana y desde la Estación se iban caminando hasta Catedral tronando cuetes y Cantando también había una peregrinación que salía de aquí de León para visitar a la Virgen de Guadalupe y la La cantidad de gente era impresionante. A los trabajadores del ferrocarril les pagaban cada 15 días y para eso había un tren especial que venía custodiado por una escolta de soldados, al día siguiente llegaba un carro de la CONASUPO para que los trabajadores pudieran comprar su despensa.

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Frente a la Estación había un jardín que estaba bajo el cuidado de un jardinero y en este lugar había árboles de higos, duraznos, aguacates, ciruela amarilla, limones, naranjas, granadas, chirimoyas y una gran cantidad de plantas y flores. En la estación al haber gran cantidad de movimiento no estuvo exenta de accidentes, suicidios y otros atropellos, al igual se contaban muchas anécdotas e historias. El sindicato les festejaba el día del ferrocarrilero con una fiesta y comida, así como también les proveía de uniformes a los equipos de fútbol, béisbol y para el desfile del 1° de mayo. Estas son sólo algunas de las vivencias vividas en la Estación.

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