PROYECTO ARQUITECTÓNICO DE UNA IGLESIA Y SUS CONCEPTOS PRIMORDIALES
ARQ. GUILLERMO CHÁVEZ OCHOA, COMOSIÓN DE ARTE SACRO DE LA DIÓCESIS DE LEÓN
Así como el término iglesia se refiere al templo vivo, el pueblo de Dios, el termino iglesia también ha sido
usado para describir el edificio en el cual la comunidad cristiana se reúne para escuchar la palabra de Dios,
orar juntos para recibir los sacramentos y celebrar la eucaristía.
Debe estar diseñado en armonía con las leyes de la iglesia y servir para las necesidades de la liturgia; los libros litúrgicos son la fuente primordial para quien desea planear un espacio adecuado para la propia liturgia. En primer lugar, están las prescripciones que se encuentran en el capítulo 5° de la institución general del misal romano y en las normas de la introducción al ritual de la dedicación de iglesias y altares. Ante el crecimiento amorfo y desordenado de las ciudades contemporáneas, el templo debe de ser un referente en el espacio urbano a través de su relevancia física y como espacio de encuentro e integración de la comunidad de gran solides en su construcción para que pueda servir como un refugio seguro ante catástrofes naturales y en entornos periféricos y degradados, sean un oasis de belleza, de paz y de aceptación.
La iglesia no es solo la casa de Dios sino la casa de la congregación, donde ésta se reúne para celebrar los misterios. Todo debe estar subordinado a esta finalidad primordial a disposición del espacio sagrado debe concebirse de modo que sirva a albergar debidamente a la comunidad celebrante y a que esta pueda
desarrollar, como corresponde, participando activamente en ellas, las acciones litúrgicas correspondientes, sobre todo la eucarística.
El espacio de la celebración debe producir una buena impresión, se debe sentir acogido, calor humano y una sensibilidad mística al igual que debe ser cómodo, amplio, con visibilidad, buena iluminación y acústica que invite a permanecer en el lugar y se pueda realizar una acción litúrgica adecuada, esto debe ser tomado con mayor atención por quien proyecta un templo. Para ello, el programa arquitectónico del edificio, describe los espacios de la construcción, a partir de las funciones que se desempeñan en su recinto; en este caso son las acciones que tengan a la celebración litúrgica como “cumbre a la cual tiende toda la actividad de la iglesia, y al mismo tiempo fuente de donde emana toda su fuerza” (SCID) esto, nos define el espacio litúrgico en una posición central destacada, así como las demás acciones que preparan próxima o remotamente la acción litúrgica, así como las que se derivan de la misma como su fruto.
Con el fin de proveer los espacios adecuados del recinto eclesial, es necesario analizar quienes y cuantas personas acudirán a este conjunto pastoral como pueden ser feligreses, peregrinos, visitantes, enfermos, así como los responsables de la pastoral y su coordinación.
Para la construcción de un templo, se debe concebir como un proyecto verdaderamente orgánico; (conjunto pastoral) que abarque estas tres secciona, la martyria, la leitourgia y la diakonia.
La martyrÍa (testimonio) y el kḗrygma (anuncio) o área de pastoral profética, que abarca las actividades que conducen y preparan a la liturgia, que es combate (salones para la evangelización y catequesis, auditorio, salones para la pastoral, utilerías, biblioteca, sanitarios.
La leitourgÍa o área de pastoral litúrgica: el culto o las liturgias propiamente dichas (el templo bien diseñado).
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La diakonia (servicio fraterno) y la koinonía (comunión y caridad) o área de pastoral social que abarca las actividades que derivan y hacen fructuosa a la liturgia que es “fuente”; oficinas de Cáritas, área administrativa (otra, parroquial) con recepción, sala de espera, privados, archivos copiados y sanitarios, casa parroquial estacionamiento, rampas para discapacitados, salida de emergencia, criptas, etc.
Los criterios estéticos, artísticos y arquitectónicos, deben permanecer subordinados a la funcionalidad litúrgica, la cual no impone una estética o expresión artística o estilo concreto con la idea de aceptar todos los criterios artísticos de todos los pueblos y regiones, así como resguardar los tesoros y obras de arte heredados por otros tiempos, así como ir adaptándose a las nuevas formas de arte acordes con la índole de cada época.
Tanto las construcciones como las creaciones artísticas deben despertar los sentidos y hacer visible lo invisible, inspirándose en la vivencia de la fe y reflejando la belleza divina en servicio de la liturgia y la evangelización.
Fuente bibliográfica
Consejo Diocesano de los Bienes Culturales y Arte Sacro, Manual de construcción y restauración de templos y conjuntos pastorales de la Arquidiócesis de León, León Gto- A.D. MMXIX.
