Los espacios verdes y la calidad de vida, desde la comunicación
Asesoría: Coordinación de la especialidad en Proyectos de Vegetación Urbana - MAP. Martha Luz Arias Padilla
Para mi proyecto de titulación de licenciatura decidí enfocarme en los espacios verdes públicos. Estoy por graduarme de la carrera de Comunicación, lo cual, a primera instancia, probablemente no suena compatible con temas como la infraestructura verde y la sostenibilidad. Desde la comunicación si se estudia el espacio público, su rol en dinámicas sociales y su lugar en el imaginario de una ciudad, estudios más bien desde una visión antropológica, no ambiental. Desde el inicio del proyecto tuve que lidiar constantemente con la pregunta ¿y eso qué tiene que ver con la comunicación? Pues la verdad es que estaba tratando de abordar temas de la arquitectura y el urbanismo. Era otra comunicóloga entrometiéndose en lugares donde no me habían hablado, un mal común entre mis compañeros de la misma carrera. Aún así, decidí persistir. El espacio público me fascinaba, como un lugar de tránsito, pero también como un lugar de disfrute. Soy de ese tipo de persona a quien le encanta ver a otros, ahí es de donde inició el proyecto, de ver a los k-popers bailar en el fórum, los novios acostados en los jardines, los adultos mayores danzar en el centro y los muchos fines de semana que he pasado en los parques de mi ciudad.
Hablando de parques, de ahí surge la segunda parte de mi proyecto, los espacios verdes. Desde niña he sentido la conocida “eco ansiedad”, la preocupación de ver y sentir, cada año con más intensidad, los cambios en el ambiente por el cambio climático. Los parques se han convertido en mis partes favoritas de las ciudades, en un refugio en donde puedo existir fuera de mi hogar y sentir una paz que solo la naturaleza te brinda.
Para comenzar mi proyecto, aprendí sobre la infraestructura verde, el espacio público como dotador de identidad y comunidad, el derecho a la ciudad y la ciudad como un imaginario creado a partir de experiencias e interpretaciones. Sobre cómo todo forma parte de un gran ecosistema y todo vuelve a la calidad de vida. Al momento de idear mi producto final me pregunté a mí misma muchas veces ¿cómo compartir con otros todo lo que acabo de aprender? Finalmente opté por una instalación, por su naturaleza democratizadora y colaborativa. Consistía de tres “estaciones”, cada una enfocada en un eje: espacio público, infraestructura verde y ciudad. Los asistentes comenzaban por la estación de su elección, leían una infografía con información sobre su respectivo tema y después realizaban una actividad relacionada con lo que acababan de leer. En infraestructura verde se trataba de identificar espacios verdes públicos en un mapa de León, para después diseñar su propia versión de la ciudad utilizando la infraestructura verde.
En espacio público compartieron sus anécdotas favoritas en el espacio público de la ciudad. Finalmente, en la estación de ciudad la actividad consistía en relacionar conceptos a dos imágenes de dos ciudades distintas, una con espacios verdes y una, pues, más cercana a la realidad.
La actividad se llevó a cabo en el Parque Cárcamos, mi parque favorito, y era abierto al público. Recibimos a un grupo extremadamente diverso de personas, de niños desde los 10 años a adultos de casi 60 años, personas que no conocían la palabra “sostenibilidad” y expertos en temas de urbanismo. Las conversaciones que se dieron en cada una de las estaciones fueron la parte más interesante y enriquecedora de toda la experiencia, el escuchar como cada persona, desde su propio contexto, podía aportar algo diferente a la conversación. El sentido de urgencia en cada comentario hizo que el proyecto terminará de hacer sentido, en las palabras de una asistente, “Me gustó mucho poder imaginar una ciudad diferente, creo que debemos empezar por ahí para poder exigir a las autoridades mejores políticas públicas.”
He comenzado a desarrollar sentimientos encontrados hacia la palabra “concientizar”, de todas las veces que la he escuchado en mis años en la universidad, pongo en duda si realmente existe alguna consecuencia, algo tangible, de los proyectos que tienen como único propósito el concientizar, pero también es cierto que lo que no se nombra no existe. Si no conocemos alternativas a cómo puede funcionar una ciudad, de una manera sostenible y digna para todos, entonces seguiremos conformes con nuestro nivel de vida hasta que sea realmente insoportable, es decir hasta que afecte a quienes siguen viviendo cómodamente.
Que, ¿qué tiene que ver con la comunicación? La comunicación es poner en común ideas, información, es abrir un diálogo, en este caso acerca de cómo podemos vivir mejor y empezar a imaginar una ciudad que se pueda sostener y sea digna para todos.