

Queridos leoneses
y amantes de
nuestra historia local
Es un honor para mí presentarles mi libro, una obra que surge de la pasión por rescatar y compartir lo que merece ser conocido. A través de mi testimonio y una exhaustiva investigación, he querido rendir homenaje a nuestra ciudad y a una factoría que dejó una huella socio-económica significativa: la fábrica de hilados y tejidos “La Americana.”

Motivación y Contexto
A finales del siglo XIX -1877- y principios del XX, “La Americana” representó progreso y modernidad para León. Su historia registra el establecimiento de la primera planta termo-eléctrica en el país, para mecanizar su producción y aún subidas y declives permaneció en la ciudad 81 años, llegando a tener en su planta productiva 200 colaboradores, ubicada entre las calles Aquiles Serdán y 27 de Septiembre, Melchor Ocampo y Manuel Acuña, actualmente Bulevar Adolfo López Mateos, a dos cuadras y media de distancia de la Catedral Basílica, a tres cuadras del la Parroquia del Señor de la Salud del Barrio Arriba, y a tres cuadras del Santuario de Guadalupe, Finalmente en el límite de las 24 manzanas o soares que constituyeron la inicial Villa de León. La ilustre factoría cierra sus puertas en 1959.
Las Galereñas:
Mujeres que fueron significativas en la industria minera, quienes afuera de las minas de Guanajuato, bajo las galeras, separaban de la mena, a golpe de zapapico la plata de la piedra para continuar el proceso de beneficio de la plata, En el uso de sus ropajes pobres y de labor está inspirado el traje regional de la mujer guanajuatense.
Las apiñadoras o empuntadoras:
Las mujeres que en la primaria industria rebocera leonesa, tejían con sus solas manos, hilo por hilo la urdimbre del paño de los rebozos para formar el RAPACEJO, a lo que comúnmente la gente llama las barbas del rebozo, fueron pieza fundamental de aquella industria rebocera.
Explorando Nuestra Historia
Mi libro no se limita a narrar etapas y fechas. Va más allá al examinar los elementos investigativos que rodearon a “La Americana.” Analizo las razones, las intenciones, las carencias y las emociones que impulsaron los logros de nuestros ancestros. No solo me enfoco en las familias destacadas o los industriales prósperos, sino también en las condiciones de las mayorías que contribuyeron a la bonanza de nuestra ciudad.
El Desafío de la Conservación
Hoy, algunos elementos de nuestro patrimonio histórico han cambiado de destino o están en manos privadas. Debemos ser conscientes de que la voluntad de los propietarios rige sobre estos inmuebles. Si nos duele la pérdida o modificación de elementos entrañables, debemos actuar:
a) Evitemos emitir juicios sin estar debidamente informados, pues esto distorsiona la realidad.
b) Consideremos la propiedad privada y las decisiones de sus titulares.
c) Quizás debamos formar un comité ciudadano para dialogar con los responsables de la reserva de monumentos.

“La Americana” en Perspectiva
Los vestigios de “La Americana” ya no pueden hablarnos directamente, pero mi testimonio e investigación respetuosa buscan llenar ese vacío. Reconozco la empresa que dio trabajo a cientos de leoneses, desde épocas de expansión productiva hasta momentos de recesión y depresión económica.
Cuando niña, fui alimentada por el salario legítimo de un hombre entregado a su labor en “La Americana.” Las fotografías que acompañan mi investigación son testigos de esta historia. Escribí estas palabras con una de mis péñolas y su tintero.
Como niña, fui alimentada por el salario legítimo de un hombre entregado a su labor en “La Americana.” Las fotografías que acompañan mi investigación son testigos de esta historia. Escribí estas palabras con una de mis añoradas plumas y su tintero.