top of page

Los desafíos actuales
en la enseñanza de la Arquitectura

Arq. Adrian Rojas

Maestro en Habitabilidad del Espacio Interior




Enseñar es un acto de generosidad, aprender es un compromiso, y aplicar lo aprendido es un acto de convicción. Dicen que la arquitectura es un oficio que se aprende trabajando, pero también se sabe que la educación es como la cimentación de una edificación: tal vez no se vea cuando la obra ya está erigida, pero fue fundamental al inicio para garantizar su éxito.

 

 Cuando nos detenemos a reflexionar sobre todo lo que ha sucedido desde que terminamos la carrera y nos convertimos en arquitectos, nos damos cuenta de cuánto ha cambiado el mundo desde entonces. Resulta crucial que la enseñanza de los futuros profesionales contemple los temas de actualidad más relevantes:




Un distanciamiento de la profesión respecto a las necesidades vitales de la sociedad

Temas fundamentales como la sostenibilidad, el diseño de espacios interiores, la implementación de tecnologías y la eficiencia energética, así como el reciclaje, la rehabilitación y la transformación de espacios, suelen ser desplazados por asuntos más atractivos.




El romanticismo hacia la figura del arquitecto del pasado

Aún existen promotores de la figura del arquitecto como un artista, genio y académico que produce obras faraónicas. Sin embargo, la realidad es que la mayoría comienza desde abajo. Estas figuras son idolatradas por el profesorado, animando a los estudiantes a buscar la fama, salir en revistas y ganar concursos. El mensaje subyacente es que aquellos que no logren estos hitos no tendrán relevancia en el mundo de la arquitectura, lo que inevitablemente genera frustración.


Ejercicios creativos alejados de la realidad

No hay nada de malo en abordar proyectos utópicos o creativamente desafiantes, pero deben estar acotados, especialmente cuando se trata de temáticas proyectuales provenientes de geografías, etnias o situaciones políticas muy distintas a nuestro entorno. Es curioso que los estudiantes no realicen proyectos de reformas o espacios reducidos, que son los primeros encargos a los que se enfrentarán en su vida profesional.









Formas de comunicar las ideas, basadas en la jerga académica y la expresión artística arquitectónica

En las aulas se siguen implementando métodos tradicionales como la maqueta, la lámina conceptual y la memoria descriptiva con un lenguaje "balleno" (haciendo referencia a la complejidad o tecnicismos del lenguaje que usamos). Sin embargo, en la práctica profesional, estos métodos a menudo no son tan efectivos para explicar o vender una idea. Sería más útil enseñar técnicas como la visualización en tiempo real, la implementación de información BIM para extraer datos del proyecto (ya llevamos dos décadas de rezago en este aspecto), el uso de inteligencia artificial para medir la eficiencia de las soluciones proyectuales, y lo más importante: la interacción temprana con personas reales para exponer y defender sus ideas.




Escaso desarrollo de habilidades comerciales, administrativas y financieras durante la carrera

El arquitecto juega un papel fundamental en la sociedad, por lo que debería ser capaz de expresar el valor de su trabajo de manera clara y convincente. Es preocupante que en la práctica muchos parezcan ofrecer lo mismo, resultando preocupante el que muchos no sean capaces de redactar un correo electrónico correctamente o describir de manera coherente sus ideas.



Mucha experimentación y poca especialización.

En la universidad dedicamos mucho tiempo a la experimentación en términos generales, abarcando pensamiento creativo, técnicas representativas y soluciones proyectuales. Sin embargo, se deja de lado el hecho de que hay diferentes perfiles de estudiantes que, debido a sus habilidades e intereses, podrían beneficiarse de una especialización temprana, en lugar de esperar a que sea el mercado laboral el que defina su futuro profesional.







Proceso creativo dirigido, manipulado y limitado por el uso de las nuevas herramientas digitales

Es común que se generen diseños limitados, ya sea por la facilidad que ofrecen las herramientas o, en el extremo opuesto, formas orgánicas que resultan interesantes morfológicamente pero disfuncionales al someterse a un análisis más riguroso. Además, muchas veces estas formas están mal adaptadas a su entorno y contexto.



Escasa experiencia en la construcción

El talón de Aquiles de las universidades es la falta de experiencia en campo. Aunque es difícil integrarse al mundo laboral mientras se estudia, las universidades deberían canalizar prácticas profesionales mediante convenios con empresas constructoras, en lugar de dejar a los estudiantes la tarea de buscar estos espacios por su cuenta, lo que no siempre resulta en un verdadero aprovechamiento.



Improvisación en la enseñanza durante situaciones emergentes como la pandemia

No es ningún secreto que varias generaciones de estudiantes se vieron afectadas por la improvisación en la implementación de clases en línea durante la pandemia. Esto evidenció una falta de preparación y adaptación en los programas educativos, privando a los estudiantes de lo más valioso de la enseñanza: el trabajo en equipo y las relaciones que se forman entre compañeros.




Visión hacia un futuro inmediato

Las universidades deben prepararse para los rápidos cambios tecnológicos que están afectando cada vez más a nuestra profesión: las redes sociales como plataforma de comunicación, el desarrollo de la inteligencia artificial y su implementación, así como los nuevos métodos constructivos apoyados por la tecnología.





No todo se trata de arquitectura

Para que la arquitectura se materialice, y para que los resultados del trabajo sean satisfactorios, deben ocurrir muchas otras cosas previamente. Por ello, es vital un enfoque holístico en la formación de los estudiantes, alentándolos a seguir aprendiendo sobre otras disciplinas que les permitan convertirse en gestores de sus propios emprendimientos en el futuro.



Conclusión

La formación de arquitectos debe evolucionar de la mano con las transformaciones sociales, tecnológicas y medioambientales. Es crucial que las universidades no solo enseñen a proyectar grandes obras, sino que también preparen a los futuros arquitectos para afrontar los desafíos reales que encontrarán en el campo, promoviendo una visión holística, tecnológica y práctica de la profesión. Adaptarse a las nuevas herramientas, pero sin perder el contacto con las necesidades humanas y locales, es lo que permitirá a la arquitectura seguir siendo una disciplina relevante y vital para el futuro.




Anterior
Siguiente

CONTACTO

Gracias por tu mensaje

Dirección:

Blvd. Manuel Gómez Morín #1121

Col. Portones del Campestre

C.P. 37138, León, Gto.

Teléfono:

(477) 636 0550

(477) 781 1925

bottom of page