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Árbol nativo de Guanajuato

Tema Arquitecto Colegiado

por el Arq. Benjamín Pontón Zuñiga

Los árboles nativos desempeñan un papel fundamental en la conservación del medio ambiente. Estas especies vegetales han desarrollado una adaptación única a lo largo de siglos a las condiciones físicas y ambientales específicas de cada lugar, lo que los hace más resistentes a los cambios climáticos. Sin embargo, lamentablemente, no son tan capaces de soportar los impactos provocados por la actividad humana.

En general, los árboles nativos son los más grandes y abundantes en su entorno, y muchas otras especies, tanto vegetales como animales dependen de ellos para su supervivencia, incluyendo a los seres humanos. Desafortunadamente, hemos abusado de la explotación de sus recursos naturales, aprovechando en exceso su madera, corteza, frutos, savia y hojas, entre otros, dejando grandes áreas desprotegidas en busca de beneficios inmobiliarios o agrícolas. Esta situación ha llevado a un riesgo de extinción para muchas otras especies que dependen de estos árboles líderes en cada región.

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Es de vital importancia recuperar tanto los espacios rurales como los urbanos con estas especies nativas. En la región del Bajío alto, por ejemplo, podemos encontrar árboles característicos como el roble, encino, madroño, pino piñonero, tepozán, zapote blanco, capulín y tejocote, entre otros. En el bajío medio y bajo, se encuentran especies como el mezquite, huizache, cazahuate, tápame, varaduz, timbé, palo blanco, zacahuil, colorín, nopal, maguey, garambullo, pitayo y copalillo, entre otros.

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Por otro lado, los árboles introducidos o invasores, como el ficus benjamina, laurel de la India, eucalipto, cedro, pinos, casuarina, araucaria, palmas, Gravilias, pirul del Brasil, pirul mexicano, paraíso, jacaranda, trueno, fresno, orquidiana o pata de vaca, alamillo, olivo negro, tabachín o framboyán, entre otros, aunque hermosos, suelen convertirse en plagas al encontrar condiciones propicias para reproducirse sin control de la propia naturaleza. Además, representan un alto costo de mantenimiento y un consumo de agua considerable para la ciudad, ya que la mayoría de estas especies son tropicales y no ofrecen tantos beneficios ambientales para la zona.

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Un ejemplo destacado en la región del Bajío bajo es el mezquite, que proporciona una amplia gama de beneficios ambientales. Además de proveer oxígeno y eliminar CO2, aporta nutrientes valiosos al suelo en cada ciclo. También es fuente de alimento para diversas especies como ardillas, ratones, hormigas, venados, jabalíes, conejos, gorgojos, mariposas, abejas, avispas, chapulines, tusos, tlacuaches y cacomiztles, y de manera indirecta para coyotes, serpientes, águilas, lagartijas y diversas aves, entre otros.

Valorar y conservar los árboles nativos como parte esencial de nuestros ecosistemas es de suma importancia. Debemos promover su preservación y fomentar su reintroducción en áreas donde han sido afectados. De esta manera, estaremos asegurando la protección de nuestro medio ambiente, garantizando un equilibrio para las futuras generaciones y disfrutando de todos los beneficios que estos árboles nos brindan.

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Por otro lado, los Árboles introducidos si aportan beneficios, sobre todo para el ser humano, sombra, belleza, limpieza del aire. Solo equilibremos la balanza porque se nos puede revertir en daños ambientales y de salud. Por ejemplo, sin saberlo el Fraire, rosa laurel e higuerilla son altamente toxicas, por mencionar algunos ejemplos.

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