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Gestión Urbana del Agua

MSc. Claudia Muñoz Carmona

Gestión urbana del agua

Mtra. Claudia Muñoz Carmona


Actualmente en México, como también otros países, se enfrenta a una gran crisis de agua que generan olas de calor y sequías. La forma tradicional de gestionar el uso del agua no está dando resultados, pues al incrementar la población y la producción de productos, se incrementa también el consumo de agua.


¿Pero qué factores provocan la falta de agua y qué se puede hacer?


De forma global la falta de agua se debe a que el ciclo del agua urbana no corresponde al ciclo natural y por el uso de un sistema centralizado lineal, en vez de circular.  El agua dulce es un recurso natural renovable, pero se extrae más agua de la que se puede recuperar durante su ciclo natural anual, sin dar tiempo a la recuperación a los mantos acuíferos. Tampoco se capta el agua pluvial y no se reutilizan las aguas grises. A todo esto, se le suman la falta de áreas verdes, superficies permeables, la deforestación, el incremento del tráfico emitiendo partículas contaminantes, las políticas ambientales deficientes y la falta de información y educación ambiental de la población.

  

En el ciclo de agua urbano se pierde un 50% de su recuperación en tres formas principales: la alteración de la infiltración y el escape o escurrimiento de agua pluvial, y la evaporación. La lluvia al impactar el pavimento se colecta enviándola al sistema de aguas negras, el pavimento impide la infiltración y no hay recarga de agua subterránea. El agua pluvial sale de las comunidades a través del sistema de alcantarillado. La alta temperatura del pavimento también provoca la evaporación.


En México se estima que 72.5% se evapora y regresa a la atmósfera (este porcentaje puede variar dependiendo la temperatura anual del país), 21.2% escurre por ríos o arroyos, y 6.3% restante se infiltra al subsuelo de forma natural y recarga los acuíferos15 (IMCO-CONAGUA, 2020).


En la ciudad la provisión proviene de agua subterránea y superficial, el mayor uso de agua potable se destina a la industria, la agroindustria y al uso doméstico. Pero de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) una persona requiere de 100 litros de agua al día para satisfacer sus necesidades básicas (tanto de consumo como de higiene). Sin embargo, en México, principalmente en las regiones del centro del país, el consumo promedio de agua por persona es de 380 litros de agua al día (IMCO, 2020).


¿Pero qué podemos hacer ante la crisis del agua?, es mala gestión o escasez? Al parecer son ambas y según la región. Pero lo que podemos hacer como urbanistas, funcionarios públicos y agentes de la construcción es aplicar un nuevo enfoque a la gestión del agua, y hacer el cambio de un sistema linear a uno circular que incluya un diseño urbano sensible al agua (siglas en inglés WSUD). Circular significa suministro de recursos vía fuentes locales renovables y la aplicación de principios sostenibles, tales como cascada, recuperación y reutilización de flujos de recursos.


El diseño urbano sensible al agua (WSUD) es una estrategia de planificación territorial y enfoque de diseño de ingeniería que integra el ciclo urbano del agua, incluida la gestión de aguas pluviales, subterráneas y residuales y suministro de agua, en el diseño urbano para minimizar el impacto ambiental o degradación, y mejorar el atractivo estético y recreativo.


Sistema tradicional vs Sostenible Circular

  • Almacenar la lluvia lo más cerca posible de donde cae y liberarla lentamente (atenuación) versus eliminarla lo más rápido posible;

  • Permitir que el agua penetre en el suelo (infiltración) versus transportar agua sobre superficies selladas hacia cuerpos de agua superficiales;

  • Transportar lentamente el escurrimiento versus dejar que el agua fluya rápidamente hacia el alcantarillado y el drenaje sistemas

Además de:

  • Filtrar contaminantes;

  • Permitir que los sedimentos se asienten controlando la velocidad del flujo del agua;

  • Hacer más verde la ciudad y,

  • Mitigar el efecto de isla de calor urbano proporcionando más vegetación que enfríe el entorno urbano.

  • a través de la evapotranspiración.

Al final estos pequeños cambios irán sumando, no importa a qué escala, lo importante es empezar.


Autor,

Mtra. Arq. Claudia Muñoz Carmona


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