top of page
Superficie de mármol

“LA OTRA CIUDAD” acerca de la invisibilidad de los pobres

Dr. Alejandro Guzmán



Académico – Investigador Departamento de Arquitectura. División de Arquitectura, Arte y Diseño. Universidad de Guanajuato

e-mail. alejandro.guzman@ugto.mx

 

La pobreza, en su acepción más amplia, está asociada a condiciones de vida que vulneran la dignidad de las personas, limitan sus derechos y libertades fundamentales, impiden la satisfacción de sus necesidades básicas e imposibilitan su plena integración social.
 

En la tragedia griega, el centro del escenario lo ocupaban casi siempre los héroes, únicos que se hallaban en contacto directo con los dioses. El resto de las personas tenían reservado, en cambio, un espacio subalterno y sin rostro: el del coro. Lo formaban todos aquellos (habitantes comunes) que se quedaban relegados en la ciudad cuando los demás partían en busca de la aventura, del poder y de la gloria.


En la República, Platón trazó el correlato político de la visión del mundo, donde el gobierno de su sociedad ideal no estaría en manos de inexpertos, sino de reyes y filósofos, únicos que se hallarían en contacto directo con la verdad.


Ésta es sin duda, la perspectiva de la cultura que ha dominado nuestro pensamiento; y simplemente, a través del tiempo, se han cambiado los decorados y sus personajes: el “majestuoso” edificio y el “exitoso” empresario, se presentan ante el escenario público como lo “grandioso”, ocultando la realidad diaria, precaria y poco mostrable de los sectores marginados de la sociedad.


La vida de los pobres de “los otros”, ha sido siempre igual. Son perceptibles y existe una preocupación por ellos cuando se les necesita, cuando son víctimas de algún desastre natural o de la negligencia de las autoridades; pero sobre todo, cuando se tiene miedo de que estos grupos atenten por medio de la violencia contra la seguridad o pongan en peligro la salud mediante la proliferación de enfermedades dada sus condiciones precarias de vida.


“La falta de la conciencia pública sobre la extensión de la pobreza descansa, en parte, probablemente por la escasa visibilidad de los pobres; las altas tasas de criminalidad atraen regularmente la atención del público, pero la existencia generalizada de la pobreza tiende generalmente a ser pasada por alto” (Giddens).


Incluso desde los discursos y acciones de los distintos organismos públicos, la pobreza sufre un progresivo deslizamiento desde la esfera de lo “visible” a la de lo “invisible” a lo largo de una línea sutil de interrelación entre lo social, lo económico y los distintos dispositivos abstractos para cuantificarla han traído consigo que involuntariamente se pierda de vista la realidad cruda de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.


Sin duda la ciudad es uno de los escenarios que expresan claramente la estratificación social y hace perceptible el isomorfismo espacio/sociedad en sus dos extremos: los muy ricos y los muy pobres.

 

Por más que se intente ocultar la imagen de “los otros”; siempre existirán esas dos ciudades una la que aparece de manera ordenada, la otra, la ciudad desordenada y caótica, aquella que se encuentra escondida al interior o excluida hacia la periferia caracterizada por sus carencias socioeconómicas, ambientales y de infraestructura.


La otra ciudad, coexiste con la primera, oculta por los bastidores arquitectónicos y por barreras urbanísticas, ésta invisible para el resto de los habitantes.


Es a través de las actuaciones radicales del urbanismo que los ciudadanos comunes descubren a “los otros” cuando las demoliciones urbanas sacan a la superficie la otra ciudad.


Ocultada por la conciencia y la cultura urbana, siempre ha existido esa segunda ciudad, la ciudad de “los otros” Igualmente la tragedia urbana de la pobreza se ha convertido históricamente en un topos literario, estético y político; en términos metafóricos se hace referencia a ella como un mundo salvaje e inexplorado, o bien, aparece íntimamente ligada a fenómenos de violencia, depravación y degradación.


La ciudad actual muestra como estos dos extremos “los que tienen y los que nada tienen” se encuentran sin que exista el amortiguador de la clase media, transformando lo que en un principio era sorpresa y curiosidad, por el temor y el malestar.


La invisibilidad de los pobres, se genera en la medida que permanezcamos indiferentes a lo que pasa en esa “otra” ciudad, mientras permanezcamos alejados, seremos incapaces de elaborar estrategias que contribuyan al desarrollo del potencial creativo de la gente y la sustentabilidad de nuestra comunidad.

 

https://haikita.blogspot.com/2022/10/mitos-sobre-la-riqueza-y-la-pobreza.html

https://elpais.com/internacional/2022-01-22/el-retrato-de-la-desigualdad-detras-de-la-foto-de-la-favela-y-el-barrio-rico-de-brasil.html

 

Anterior
Siguiente
bottom of page